Reflexiones sobre pensamientos, emociones, sentimientos y situaciones, sin querer convencer a ninguna de las personas que lo lean, solo es para que cada uno saque sus propias conclusiones.
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lunes, 12 de enero de 2015
Decisiones
Desde muy pronta edad hasta que llega el momento de hacer balance de tu vida, tienes que tomar decisiones.
Unas más importantes que otras, pero son situaciones en las cuáles tú elijes que quieres hacer.
Decisiones de amistad, estudios, como vestir, pareja, que quieres hacer en la vida, cuál es tu objetivo vital, el trabajo.
Normalmente la gente cercana a ti, al principio de tu vida, tus padres y familia son los que te hacen "de guía" para abordar estas situaciones, pero llegado un momento ya debes empezar a tomarlas por ti mismo.
Es frecuente que cuando creemos habernos equivocado echemos la culpa a alguien que nos aconsejo de hacer algo concreto, después nos damos cuenta que lo que hizo esa persona es solo aconsejarnos, no obligarnos a seguirlo, por lo tanto si fué buena o mala decisión es cosa nuestra.
Hay dos tipos de decisiones:
- Las que se toman desde el análisis más exhaustivo
- Las que se toman porque lo sientes en tu interior (corazón) o también llamadas por impulso.
¿Cuál es la mejor?
Yo considero que las dos son igual de buenas, si bien es cierto que me decanto por la segunda en muchas de las ocasiones.
Quizás lo recomendable por otras personas seria una mezcla de las dos.
Lo que se tiene que tener claro es que por mucho que preguntes, te digan, la tomes desde el análisis o con el corazón, la responsabilidad de las consecuencias es tuya y solo tuya.
Analiza con la mente, piensa con el corazón y toma las decisiones que creas que te harán más feliz, porque el día de mañana podrás echar la vista atrás, tener más o menos, pero decir...todo lo que tengo lo consegui con una sonrisa y disfrutando.
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