sábado, 30 de abril de 2016

Vicente y el pueblo Soledad


Esta es la historia de los primeros días de alguien que llega a un pueblo por primera vez, quizás para estar un tiempo y no quedarse puesto que la vida nunca sabes donde te llevará, cual será tu próxima parada si es que la hubiera, solamente es vivir lo que te trae, te expone, te ofrece, sea mejor o peor para tí, más cómodo o más triste, la vida podríamos decirlo que es como un juego, tienes unas cartas que jugar, nadie te explica las reglas y con lo que tienes haces.

Es un resumen de parte de la historia de Vicente, una persona que sin haberlo planeado de esta manera y viviendo toda su vida en ciudad llega a un pueblo costero donde la vida es totalmente distinta a la que el había planeado y vivido hasta ese momento. El azar, las circunstancias, el momento que vive o su destino es quien hace que acabe aquí.

Este lugar donde nadie sabe quien es, ni de donde viene, ni a donde va, es una persona anónima a la cual nadie tampoco le pregunta porque todos viven su vida sin inmiscuirse en estas lides.

Sus primeros días pasan muy rápidos por momentos ya que esta haciendo y haciendo sin darse cuenta que llega la noche, otras veces el tiempo se ralentiza cuando esta frente al mar, frente a lo que el tanto ama, a su fuente de energía más activa, aunque aquí se conecta con emociones que no son del todo agradables se da el permiso de tenerlas y sostenerlas para ver que le traen. Las noches son duras, solo con sus pensamientos buenos y no tan agradables, sin poder compartir ya que físicamente vive solo.

Es llegar a un pueblo de costa, calles empinadas con una plaza cerca que es pequeña pero coqueta, con los típicos bares que te acogen como si fueras uno más del pueblo aunque saben que no eres de ahí.

Seguir bajando teniendo la sensación que lo haces a otro mundo distinto del cual partiste en este recorrido y que muy bien no sabes si acabaras donde quieres ir o no puesto que las calles son todas muy parecidas.

Calles en curva al lado pasando coches ya que las aceras son muy estrechas, en alguna ocasión cree que le llevaran por delante pero solamente es percepción suya puesto que nunca pasará si no se suben a ella. Bifurcaciones que no sabe donde le llevan cuando esta en este punto por primera vez pero que se da cuenta
que el dicho se cumple, todos los caminos conducen a Roma, en este caso a la playa.

Las calles las reconoce como suyas, como si siempre hubiera estado allí, unas veces las vive como un recorrido que le lleva a su objetivo que es la playa en otras como calles frías, sin gente, oscuras, un recorrido largo que apenas dura pero que se hace eterno, no cruzarte con nadie en todo este paso es vivir desde el pueblo es mio o desde estoy aislado completamente, esto depende del día.

La soledad no es algo que lleva muy bien, la siente como esta lluvia que te cala, se mete en los huesos y por mucho que lo intentes no sale de tí. Si lo piensa, se ha hecho amiga suya porque o bien la toleras o te haces su amiga o te hunde. Entiende que es normal pasar por esta etapa puesto que siempre ha vivido en piso con familia, compartiendo piso con amigos o con su pareja. Además su situación actual tampoco le ayuda demasiado.

Es darse cuenta que en este estado debe "luchar" con lo que piensa y siente, no siempre puede estar como le gustaría, no solo consigo sino con las personas que le rodean, pero que la lucha interna es dura cuando tu estabilidad a todos los niveles se tambalea.Si sabe que podrá conseguir alcanzar un estado de sosiego, no tan rápido como le gustaría, pero que la paciencia, la calma y la gestión de las emociones que vienen a su cabeza y corazón deben ser la prioridad sin dejar de lado las ganas de seguir haciendo otras cosas.

Cuando tiene espacios de tiempo en los cuales no piensa en situaciones que le crean una conexión "con la tristeza" se da cuenta que el pueblo tiene su encanto, empezando también con  lo que el llama  sus QUIZÁS:

Quizás exagero cuando siento que este aislado.

Quizás exagero cuando me siento solo ya que tengo un entorno que me quiere.

Quizás solo es cuestión de tiempo el estar viendo la vida en blanco y negro en vez de en color pero que ahora lo que hay que sentir y vivir es esta situación distinta a las anteriores para darse cuenta de estas circunstancias que de otro modo no llegarían.

Quizás no es dejar de lado todos estos pensamientos no tan buenos que me llegan y si darles su espacio pero en un tiempo determinado y no regodearse en ellos.

Quizás es pasar a positivo todo lo que ocurre cuando llegas a un sitio nuevo con unas circunstancias que no son fáciles a nivel personal.

Quizás es intentar poner una actitud distinta.

Quizás es conectarte con tu alma para desde ahí volver a renacer.

Quizás es hundirte en la miseria para volver a construir y resurgir como el Ave Fenix.

¿Quien tiene la solución a lo que cada persona vive en su interior con las circunstancias que se van dando en su camino?

Este es un trabajo de cada uno de nosotros cada día, gestionar que es lo que vamos sintiendo.

Y Vicente solo nos trae su experiencia vivida desde momentos de serenidad y muchos otros de soledad para que cada uno reflexionemos.

miércoles, 13 de abril de 2016

Respirar tus pensamientos



Podríamos hablar de una hora concreta, un día de la semana y un mes pero da igual este dato puesto que lo importante es el momento.

Ese momento que te tomas, respiras, coges asiento sobre unas piedras. De fondo el mar, a tus pies unas rocas, como compañía el sol a tu espalda y como sonido tus pensamientos.

Sentir y tener pensamientos que te traen bonitos recuerdos, situaciones intensas, espacios de silencio en los cuales solo disfrutas del paisaje. Seguir meditando sobre todo lo que gira entorno a tu vida, tu pasado y presente, lo que sientes, que has sentido, recuerdas parte de tu vida y ya te animas para hacer un recorrido por todo lo que has vivido desde que eras pequeño.

Parecerá una locura retrotraerse a tantos años atrás aunque sea joven es cierto que es una buena forma de comprender de donde vienes, desde donde has partido y todo lo que has llegado a conseguir o estas consiguiendo.

Darte cuenta de cuanto has cambiado en tu forma de ser, ya no eres el niño tímido de rizos castaños, ahora ya más espabilado pero con esa sensibilidad que durante cierto camino de vida habías perdido pero que en esencia siempre ha ido contigo.

Ver que aunque vas dando pasos te quedan muchos por dar. Aunque has querido hacer las cosas lo mejor que has podido y sabido, te has ido cayendo y levantado de baches que te has ido encontrando o poniendo en tu camino.

Saber que aunque no todo sale como tu quieres, has intentando desde no hacer daño, realizar las cosas de la mejor manera.

Miras todo esto y también te das cuenta que tienes merito en llegar a donde has llegado, todo lo que has aprendido, los riesgos que has asumido cuando has tomado decisiones importantes que han marcado tu recorrido como pueden ser cambios importantes de ciudad,trabajo,pareja o sentido hacía donde quieres ir.
Forma parte de todo lo que te ha acontecido y debes tenerlo en cuenta.

Darse valor en la medida que sea objetivo es importante ya que no todo son baches, caídas y decisiones que no son como nosotros queremos sino que hay cosas que nos hacen fuertes, que nos marcan trayectorias y formas de ser para continuar caminando.

No es pretender arreglar todo lo que te ocurre en unas horas, en un día, en unos pensamientos que vienen y se mantienen o teniendo otros fugaces sino sabiendo que es el comienzo de como bien dice el blog "Parar y Pensar", añadiendo como coletilla y sentir.

Y sabiendo que aunque veas que el mar golpea sobre las rocas, ellas asumen el golpe y seguirán estando ahí formando parte de ese paisaje para el que quiera contemplarlo sea en este estado o  cuando no haya golpe sino que el agua se deslice sobre ellas, las roce acariciándolas, cuando hayan vuelto las aguas a estar tranquilas.

Sentir que este encuentro con la naturaleza no es solo para este día, que el mar estará ahí, las rocas no se moverán, el sol no siempre estará de compañía pero SÍ SIEMPRE la reflexión desde mirarse al interior para preguntarse sin juzgarse, ¿que puedo mejorar? y para dar las gracias por todo lo que has conseguido yendo solo o acompañado.

Viviendo desde el Carpe diem, vivir el aquí y ahora, sentir el presente como referencia de actuación aunque revisando para tomar impulso el pasado pero no para anclarse en el.