Alejados de los ámbitos que estamos,
perdidos en el encuentro de lo que queremos, no sabiendo muy bien que
es lo que buscamos pero buscamos incansablemente , sin parar , sin
mirar, sin querer esperar a que haya alguna circunstancia que nos de
una señal, empeñados en seguir andando y andando sin rumbo ,
perdidos en el camino del estar , de pensar que esto es lo que
tenemos que hacer porque nos han dicho que lo importante es caminar.
Que lo importante es tener un objetivo en la vida, saber a que has
venido y para que puedes estar viviendo.
Sentir que es lo que estamos haciendo
es más importante que estar caminando “como locos” sin saber a
donde estamos yendo, quien nos acompaña o si queremos realmente
seguir andando o parar para tomar aliento, para estar por lo que nos
esta pasando mientras hemos ido andando sin rumbo alguno , sin
conocer tan siquiera que era lo que nos proponíamos, animados por
otros a seguir y seguir , hay que nadar y no tanto el recapacitar.
Vagar por senderos de oscuridad es lo
que te trae cuando no te enfocas, estamos solamente andando pero no
temernos ningún puerto al que llegar, zozobramos, navegamos sin
remos, sin un sitio que nos quiera acoger, a la deriva más absoluta,
y solamente porque alguien nos dijo un día, que hay que lanzarse
para poder obtener resultados, que da igual hacia donde vayamos pero
lo importante es ir, ya llegaremos a algún puerto y mientras,
nosotros que somos muy bien mandados nos hemos lanzado a navegar
aconsejados desde la orilla de estos, su situación de comodidad de
estar seguro en lo que están.
Censurados por querer parar, por solo
caminar cuando sabes a donde quieres llegar, a estas personas se les
dice que están quietos, pero... ¿quietos? O quizás sensatos en no
querer coger el primer tren que les lleve a algún sitio, o cogiendo
alguno que no deberían coger. Quizás es la opción que te toca
puesto que deber ser así para tu aprendizaje y puede ser así pero
también dejar a las personas que elijan sus propios errores, no por
hacer caso al que te dice que hagas cometas no tu error sino el que
debería cometer el otro.
¿Cuál es el destino por lo tanto
indicado para llegar si no sabes cual es el tuyo? Si no sabes cual es
el tuyo cualquiera es por lo tanto el acertado por decirlo de esta
manera, es dejarse llevar por lo que sientes que debes hacer, pero
desde primera persona no porque familia, amigos o pareja te explique
que debes hacer, ir, pensar o sentir de tal manera.
Es hora de tomar las riendas de tu
propias experiencias, saber que las equivocaciones se producen porque
tu decides tomar opciones, que el rio no te esta arrastrando a donde
te quiera llevar sino que tu te estas dejando arrastrar puesto que es
tu elección, puesto que te das permiso para dejarte llevar hacía
donde te quiera transportar y donde, en un momento determinado
quieras dejar de estar en ese rio.
Cada vez hay más personas que tienen
el síndrome de “hago lo que me dicen” puesto que me es cómodo,
cuando son pequeños y hasta la adolescencia los padres dicen, cuando
empiezan a salir los amigos dicen, cuando tienen pareja ell@s
dicen y llega un momento que la vida te para, te pone una situación
y...QUE QUIERES AHORA HACER CON TU VIDA, TÚ DECIDES.
El despertar del letargo del dejarse
llevar por comodidad suele ser un buen zarandeo que nos hace darnos
cuenta de cuanto tiempo hemos estado vagando como peonzas creyendo
que tomábamos decisiones pero sabiendo entonces que las tomábamos
estando pendientes de lo que otros aportaran, más sumándonos al
comentario que dando nuestra opinión.
Y la pregunta quizás sería, ¿para
cuando el despertar?, cuanto tiempo debemos esperar y si es necesario
que nos llevemos un gran zarandeo para llegar a ciertas conclusiones.
Revisar si estoy tomando yo las
decisiones en primera persona o si me sumo o hago lo que otros me van
diciendo. Esta bien escuchar pero lo importante es decidir tras
escuchar puesto que si te confundes el único artificie de esto eres
tu.
Y habrá momentos que coincidan las
opiniones pero cuando no sea el caso, hay que hacer lo que sintamos
que es lo correcto para nosotros no para el que desde fuera puede
llegar a opinar ya que tiene su propio prisma.
Este momento el que estamos viviendo el
que ya no tenemos el salvavidas que por si me hundo esta ahí pero
que cojo muy a menudo, demasiado, es aprender a nadar sabiendo que
tienes salvavidas.
Por lo tanto...
¿Cuál es nuestra situación?
Voy en la barca que quiero, solo,
acompañado, voy solo pero quiero que suba alguien, con remos, a la
deriva, con un motor que me impulsa, tengo un puerto al que
llegar,cualquiera me sirve, estoy dejando que la corriente me lleve y
cuando este cerca de algún punto ya veré que hago si bajo o cambio
de rumbo....
Son posibles respuestas, pero realmente
la mejor respuesta esta DENTRO DE TÍ.