martes, 5 de julio de 2016

Hablando contigo


Un día más en la vida de Matias, una cena ligera para no sobrecargar el estómago y así poderse acostar sin el estómago lleno.

Todavía con la mesa puesta puso la televisión en el canal que o bien dan series o películas, para entretenerse ya estaba bien.

Al cabo de un rato no se sabe muy bien si por la película que estaba puesta, cansancio, entrar en estado de letargo o directamente dormido, se veía delante de si mismo pero con 7 u 8 años  por la apariencia.

La imagen era de el de pie como adulto frente a el pero como niño.

Conversaban tranquilamente, unas veces Matías niño ponía cara de no comprender nada y otras era Matías adulto quien se sorprendía de lo que escuchaba.

La situación que se vivía o que estaba viviendo no tenía sonido aunque se entendían hablando y no gesticulando.

Al cabo de un instante esta imagen se desvanecía, volviendo a estar delante del televisor en el cual aparecía como un coche se aparcaba solo.

Matías miró el reloj y apenas habían pasado 20 minutos desde que término de cenar.

No buscó explicación a lo que había ocurrido, si por dormirse, si por querer hacerlo y traerlo su subconsciente...si le daba rabia no haber escuchado la conversación como si fuera un espectador de la secuencia.

Y lo importante no era esta  charla consigo pero de niño sino plantearse en ese momento... ¿Qué me diría si me tuviera delante con 8 años?

¿Quizás me aconsejaría para no cometer ciertos errores?

¿Le contaría a grandes rasgos que le ocurrirá durante su vida?

¿Solamente quién soy o he llegado a ser?

O que la vida es un camino de aprendizaje y que caer no es malo, lo importante es levantarse.

Puede ser incluso que nada de lo anterior...

Tras un intervalo no muy largo de tiempo y habiendo pensado en varias opciones, llego una sonrisa a su cara, ya sabía que le diría.

Este puede ser un buen momento para reflexionar...

¿Qué me diría si me tuviera delante con 8 años?

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