martes, 6 de octubre de 2015

Sanar emociones en compañía


Llevar tiempo que no estas muy conforme con ciertas cosas que ocurren en la vida que llevas, hay situaciones que se van repitiendo como si algo te retuviera en un pasado lejano, al menos esto es lo que tu intuyes, has ido haciendo pequeñas lecturas de tu pensamiento cuando en determinados momentos han llegado a modificar tu forma de actuar o has dejado de actuar por estar paralizado por una emoción que no has controlado, ¡imposible!, buen intento te has dicho, pero ella te ha ganado.

Crees que con estas lecturas en ocasiones lo has controlado y no has ganado la guerra pero si una batalla.Te sientes satisfecho, te dices que puedes con ello, y aunque eres consciente que solo era esto, una batalla sigues adelante pensando que algo es algo.

Pasa el tiempo, sigues tu vida, por causalidades, van llegando personas a tu vida, unas que van y vienen, otras que están un poco más y otras que sin querer y a sabiendas que existían un día conectas más. Es curioso cuando nos paramos a pensar..si la conocía hace un montón de tiempo y..¿como es posible que hasta ahora no hubiera conectado?. Es simple, no era el momento.

Esta persona que conocías pero que ahora parece que esta más presente en tu vida de lo que antes estaba, que sabías que estaba pero apenas hablabas toma más protagonismo. Y no hablo de tener más que relación de amistad, confidencia, buenas charlas sin llegar a más pero que esta y es importante, una conexión sorprendente. Disfrutar compartiendo los sentimientos.

Puede parecer que estoy hablando de cosas que suenen raras pero no sería la primera vez que sin saber por qué conoces a una persona que te acompaña en situaciones que teniendo amigos y familiares prefieres contárselo a esta al sentirte más reconfortado y arropado, comprendido, sentir que puedes hablar desde la pura libertad, y no con esto haces de menos a tu familia y amigos, simplemente es que se crea un vinculo que entiende las mismas situaciones ya que ha pasado por ellas.

Ahora se entenderá como tras estar en lucha o guerra con estas situaciones que unas veces ganabas tu, las menos, y otras muchas veces ellas, el poder compartir y que otra persona haya pasado por estas o tenga vivencias parecidas te ayuda y despeja de estar cargando con algo que no era tuyo, que es heredado, cogido, cargado, soportado desde tiempos pasados.Empiezas a ver posibilidades de cambio, avanzar desde la tranquilidad de saber que esto que llevaba mucho tiempo contigo, empiezas a sentir con alivio, no deja de estar ahí pero crees más en tí y ves la luz a una posible victoria no de una batalla sino de la guerra.

No has hecho nada más que explicar lo que te pasaba, compartir tu quemazón y por alguna razón antes no veías solución e ibas poniendo trabas a lo que te iban diciendo para abandonar este desasosiego y ahora ves como una libertad, consuelo de poder contar y alguien te entienda.

Las cargas que tenemos las vamos echando a una mochila que se va llenando y llenando, seguimos avanzando y seguimos echando todo lo que nos preocupa sea del momento actual o del pasado, hasta que se rompe la espalda diciéndote claramente ¡BASTA! o se rompe la mochila cayendo todo al suelo y por narices tenemos que verlo a nuestros pies, teniendo que asumir la gran cantidad de cosas que nos nos hacían felices pero que llevándola a la espalda no las teníamos que tratar o eso creíamos.

Pensemos que la mochila es como un bolso de mano, que debemos llevar lo justo y necesario que sintamos que debe acompañarnos el resto es todo carga y por lo tanto no cabe. Lo esencial para poder vivir, el resto es llevar por llevar.

En muchas ocasiones, unos dirán por azar y otros por causalidad, aparecen personas en nuestras vidas para ayudarnos a "limpiar", aprender de ellas y dejarnos acompañar puesto que ya lo hemos intentando solos y no hemos acabado de sanar o para que nos pongamos puesto que llevamos demasiado tiempo cargando con
cuestiones innecesarias para nuestra evolución.

Dejarse ayudar es un acto de humildad, querer aprender de otros es dejar el ego aparte, dar las gracias por la ayuda y aprendizaje es un acto de amor puro.

No te rebajas por pedir ayuda, ni por aprender de otros, ni por dar las gracias, ni por querer sanar o limpiar lo que te preocupa, es solamente querer evolucionar.

MUCHAS GRACIAS a todas las personas que día tras día me enseñan, me acompañan, me ayudan. A los que estuvieron en mi vida y tomaron otro camino distinto y a todas las personas que se incorporan o se incorporaran...¡Bienvenidos a todos!, ir cogiendo asiento que esto no ha hecho más que empezar.Aquí estoy si en alguna ocasión puedo hacer por vosotros lo que vosotros hacéis por mi.

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