Reflexiones sobre pensamientos, emociones, sentimientos y situaciones, sin querer convencer a ninguna de las personas que lo lean, solo es para que cada uno saque sus propias conclusiones.
sábado, 27 de agosto de 2016
Un café a media noche
Es razonable que lo que ocurre en nuestro día a día nos afecte, sea directamente un suceso vivido en primera persona o relacionado con un ser querido.
Por mucho que haya personas que digan que no es así y que a ellos nos les ocurre; seamos serios, le pasa a todo ser humano sea de una forma u otra.
Hay veces que entendemos que la forma de que nos afecte "menos" es relajarnos yéndonos a dormir como si al despertar lo que nos preocupa hubiera desaparecido o hacer mucho ejercicio para estar cansados como si obtuviéramos el mismo resultado que durmiendo.
Y puede que nos ayude a estar en ocasiones algo más descansados en el caso de dormir si es que lo conseguimos pero solamente esto puesto que la preocupación sigue estando latente mientras no háganos por gestionarla.
No sé si nos habremos encontrado en esta situación alguna vez.
Un vaso de agua o un café a media noche es lo que nos da ese momento de volver a la realidad de los mortales dejando a morfeo durante un rato sin nuestra compañía. Ese espacio que nos damos porque ya llevamos un rato dando vueltas en ella o dándole vueltas a circunstancias preguntándonos el para qué.
Si nos ha ocurrido esto,en el caso del cafe, y visualizamos la situación, nos veremos normalmente sentados con los muslos cerca del pecho sujetando la taza con las dos manos como si se fuera a caer el vaso o taza bebiendo a sorbos muy pequeños. Cómo si el líquido que bebemos tuviera poderes que nos hicieran estar mejor o el calor que percibimos en las manos nos solucionará nuestro quebradero de cabeza.
Es un espacio que en ocasiones nos da el "click" que necesitamos, cogemos el suficiente aire al respirar la situación o solamente llenamos el estómago de líquido.
Es la búsqueda de la estabilidad al desconsuelo que tenemos por una situación que lo mismo ni está en nuestra mano solucionarla pero que nos preocupa.
Encontrar la fórmula para que lo antes posible podamos sortear una gran piedra con la que nos hemos topado en el camino.
Es verdad que cada persona actúa frente a lo que le ocurre de una manera diferente aunque también es verdad que si no ha sido un café o agua ha sido un...tomo algo dulce, voy al baño o similar.
Y al final te das cuenta que sólo es una parada para seguir en el camino, que debes afrontar lo que te está ocurriendo gestionando la emoción que realmente es la que te hace estar así o si no es tuyo acompañar de la mejor manera a la persona que está en esa situación.
Lo expuesto de acostarse y levantarse a media noche es más común de lo que nos pensamos.
Hay personas que estan todo el día en este "bucle" de dormir y levantarse dado que aunque sea deben ingerir alimentos. Muchas veces no somos conscientes de lo que nos está pasando y no siempre es fácil salir de ciertas situaciones por lo que es importante pedir ayuda a un profesional, familia, amigo o pareja.
Intentar solucionar lo que nos ocurre por nosotros mismos es lo que solemos hacer e intentamos hasta la extenuación pero es importante que sin llegar a este extremo seamos capaces de "levantar la mano" para un S O S.
lunes, 11 de julio de 2016
El Funambulista
Zora Vladir desde niño siempre quiso dedicarse a lo mismo que había visto desde su infancia.
Le atraía el poder sentir la adrenalina, cómo desde arriba se debía estar siempre atento a lo que estabas haciendo pero también observar a las personas.
Nunca fue su intención trabajar con seguridad sino estar a lo que la vida le trajera,confiaba en sus posibilidades, en que nunca pasaría nada y por lo tanto no le preocupaba.
Estas ganas de ser funambulista le viene por parte de su padre y abuelo que se dedicaban a esto hasta que por edad ya no podías salir más veces.
Te retirabas y ayudabas en otras labores en el circo o cubrías tu cuerpo para seguir en el pero que no te reconocieran por esto de...pero ¿este antes no era funambulista?
Su abuelo lo hizo de esta manera ya que le encantaba también hacer reír o como su padre que ayudaría en otras cosas pero sería y era su entrenador.
La posibilidad de que ocurriera alguna cosa era diaria salvo los lunes que descansaban o cuando desmontaban en una ciudad para trasladarse a otra ciudad.
El vivir en un circo era muy distinto a lo hacían otras personas pero no echaba de menos otra forma a pesar de tener amigos con otros trabajos puesto que era la que tenía sentido para el.
Un día que tubo un pequeño percance y se puso a pensar.
El salía a andar por un cable sabiendo que podría llegar el dejar de tenerlo, consciente de que estaba en la cuerda floja (nunca mejor dicho) y que cada día debía dar de si lo mejor porque nunca sabía si al día siguiente podría volver a vivir esa experiencia.
¿Acaso no había muchas personas que tenían sus vidas pero se sentían así ? ¿Acaso esto no era parte de la esencia de la vida el aprovechar o vivir en el momento presente?
¿Si lo perdiera todo por accidente o porque prescindieran de él que sería de su vida?
Quizás su vida no era tan distinta a la de otras personas.
Realmente andamos por la vida por un camino que entendemos que si no pasan situaciones ajenas "a nuestros planes", llegaremos a nuestro destino. A veces sujetos aunque con complicaciones y otras por un cable fino del cual nos podemos caer. Descansamos cuando hacemos lo que llaman "examen de conciencia" pero no por cosa muestra sino porque ya toca parar o te paran.
Si nos paramos a pensar, ¿cuantas veces nos hemos podido sentir así? Como andando por un cable fino sin saber que puede pasar,creyendo que todo irá bien pero con la posibilidad de caernos.
martes, 5 de julio de 2016
Hablando contigo
Un día más en la vida de Matias, una cena ligera para no sobrecargar el estómago y así poderse acostar sin el estómago lleno.
Todavía con la mesa puesta puso la televisión en el canal que o bien dan series o películas, para entretenerse ya estaba bien.
Al cabo de un rato no se sabe muy bien si por la película que estaba puesta, cansancio, entrar en estado de letargo o directamente dormido, se veía delante de si mismo pero con 7 u 8 años por la apariencia.
La imagen era de el de pie como adulto frente a el pero como niño.
Conversaban tranquilamente, unas veces Matías niño ponía cara de no comprender nada y otras era Matías adulto quien se sorprendía de lo que escuchaba.
La situación que se vivía o que estaba viviendo no tenía sonido aunque se entendían hablando y no gesticulando.
Al cabo de un instante esta imagen se desvanecía, volviendo a estar delante del televisor en el cual aparecía como un coche se aparcaba solo.
Matías miró el reloj y apenas habían pasado 20 minutos desde que término de cenar.
No buscó explicación a lo que había ocurrido, si por dormirse, si por querer hacerlo y traerlo su subconsciente...si le daba rabia no haber escuchado la conversación como si fuera un espectador de la secuencia.
Y lo importante no era esta charla consigo pero de niño sino plantearse en ese momento... ¿Qué me diría si me tuviera delante con 8 años?
¿Quizás me aconsejaría para no cometer ciertos errores?
¿Le contaría a grandes rasgos que le ocurrirá durante su vida?
¿Solamente quién soy o he llegado a ser?
O que la vida es un camino de aprendizaje y que caer no es malo, lo importante es levantarse.
Puede ser incluso que nada de lo anterior...
Tras un intervalo no muy largo de tiempo y habiendo pensado en varias opciones, llego una sonrisa a su cara, ya sabía que le diría.
Este puede ser un buen momento para reflexionar...
¿Qué me diría si me tuviera delante con 8 años?
viernes, 1 de julio de 2016
Recordando respirar
Y nunca se imaginó que podría respirar más allá del espacio que ocupaba, de lo que le habían enseñado, fijado como su espacio vital por que esto era lo adecuado.
Un día quiso probar a respirar a pleno pulmón. Llenar los pulmones de aire para poder coger todo el aire que pudiera y se dio cuenta que no solamente podía coger mucho más aire del que le habían dicho sino que al expulsarlo notaba una satisfacción especial.
Notar como el aire entraba desde la parte superior del pubis, recorría su estomago, subía llenando los pulmones para expulsar el aire por nariz o boca según conveniencia.
Nunca había tenido esta sensación de plenitud, desahogo, paz y libertad obteniendo solamente espacio para respirar de otra manera, dejándose llevar por lo que realmente le marcaba su instinto y no por lo marcado.
Reconocía que aquello que sentía era un momento mágico capaz de transportar a un mundo maravilloso en el cuál no existía ni espacio ni tiempo.
Y aparentemente solo era respirar, pero sin presiones, sin como me dicen, sin como debe ser, sin pensar que debe ser de una determinada manera...
Solamente era tomar conciencia que respiraba como creía que debía hacerlo sin importar más que esto puesto la convivencia primera era con ella.
Y en este estado pensaba en una frase que siempre había escuchado, "yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo"
Convivimos o compartimos nuestra vida con muchas personas, unas vienen, otras se van, unas vienen y se quedan, pero 365 días al año con quién debemos convivir es con nosotros; nuestras alegrías y penas, sentir y pensar, vivir y a veces querer desaparecer y por lo tanto lo importante es aprender a estar y ser con el resto de personas que nos rodean pero sobre todo de nosotros.
Tomar aire, aprender a respirar a pleno pulmón sin importar que nos dijeron o enseñaron, apreciar lo que respiras y como lo respiras y sobre todo sentir que lo que respiro no es porque alguien me da permiso o que tengo mi hueco, respiro de esta manera porque yo elijo respirar así.
Sientete libre de respirar en tu vida como creas que debes.
lunes, 20 de junio de 2016
Cuando todo se pierde
Estamos instalados en una vorágine de vida que no nos permite parar para recapacitar sobre lo poco o mucho que tenemos, sobre las personas más o menos importantes de nuestra vida, cómo el dinero afecta más de lo que creemos en nuestras relaciones, cómo por mucho que se nos diga que debemos sentir no es
fácil y la cabeza nos juega muy malas pasadas.
Esta es la historia de Peter Grandfront que paso de una vida totalmente estable y feliz, casado,familia a la que quería, amigos y trabajo a no estar más que con sus pertenencias y lo poco de su ultimo trabajo.
La vida que hasta ese momento llevaba era tranquila, estable, sosegada, con altibajos como la vida de cualquier persona pero feliz.
Su rutina de levantarse para realizar una hora de salir a correr, volver para ducharse, desayuno ligero, despedirse de su mujer y marchar al trabajo.
Volver tras un largo día de trabajo para compartir desde el momento que entraba por la puerta con su mujer e hija hasta el día siguiente, siendo esto cambiado los fines de semana que disfrutaban más de hacer otras cosas al poder estar más tiempo juntos.
El trabajo era estable y sin ningún atisbo de poder cambiar a seguir de este modo.
Tenía una gran cantidad de amigos, no todos de su entera confianza aunque cercanos y siempre pendientes los unos de los otros.
Su plan de vida era seguir creciendo en la empresa, el día de mañana tener otro hijo, la parejita ya que tenía ya una hija.
Un día sin saber el motivo por el cual se daba esta situación, su suerte cambió, todo lo que hasta ese momento era estabilidad se trunco.
La empresa para que trabajaba cerraba por no tener liquidez y obviamente no podía mantenerle en nomina, su relación se resintió y le diagnosticaron problemas de salud graves derivados de la situación que estaba viviendo.
Había pasado de tener una estabilidad muy buena con una idea de futuro muy clara a tener que plantearse todo lo que conllevaba esta nueva situación.
Hora tras hora hacía balance de lo que había sido, tenido y vivido, dándose cuenta que era afortunado por todo lo que la vida le trajo y que por azar se le había llevado.
No perdió el hábito de correr por las mañanas, no hay gasto aquí se decía, aunque era el recorrido el que le marcaba en sus pensamientos más sombríos llegando a creer que la solución a todo lo que le ocurría era no estar ya que el sufrimiento que se hacía y a su mujer era muy importante. Nunca se le había pasado esto por la cabeza pero por un instante creyó en ello firmemente como salida a todos sus problemas.
Esto creo cierto temor y cambió su forma de ver la vida. Le daba miedo sentir que por un instante hubiera caído en su mente este pensamiento. Empezó a buscar ciertos alicientes para estar ocupado y tener animo, relacionarse más con sus amigos y buscar trabajo para volver a tener estabilidad.
La solución no era el ver la parte negativa de todo lo que le había ocurrido sino quedarse con todos los aprendizajes que le habían deparado esta vida que había llevado hasta el momento de perderlo.
Además empezó a comprender que parte de lo que le había ocurrido tenía que ver con no prestar atención a lo que le ocurría y estar más por el trabajo.
Al cabo de un año empezó a ver la luz al final del túnel, encontró trabajo que aunque no era lo que antes hacía le daba la energía para continuar y quien
sabe si un día llegaría a trabajar de lo que hasta ahora le gustaba.
En la actualidad no trabaja en lo que le gusta y que durante toda su vida había hecho sino en una librería de la ciudad en la que vive.
Esto nos puede ocurrir a nosotros.....
Quizás es el momento de reflexionar sobre lo que tenemos,dar las gracias a las personas que han pasado y están en nuestra vida, valorar todo lo que hemos conseguido,estar contentos por despertar todos los días y agradecer más a los que nos rodean por estar, antes de que podamos llegar a perderlo.
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