sábado, 25 de abril de 2015

¿Es lo que ves?


Lo que ves, no es, es al revés, tu crees que porque te sonría me vas a tener a tus pies.

Solo sonrío por educación, pero esta no es tu sensación, crees que es por emoción de tenerte a mi lado, me has echado porque ya me he dado cuenta de como es tu juego, te he calado.

¿Que me he hecho ilusiones?, ya se cual eran tus intenciones, primero me dices cosas bonitas como si fueran canciones, pero después la realidad es otra, que soy una más en tus narraciones.

Esto que dicen que tras haber tenido algo tienes amistad, en nuestro caso no es verdad, no me aportas nada más que una cosa, tranquilidad. Saber que me di cuenta a tiempo de como juegas, vete con otras que te lo consientan y se hagan las ciegas.

Relación cordial, nada de sensacional, lo normal, si me cruzo contigo no te llevaras una sonrisa, solamente un..¿que tal?

Seguramente pensaras y creerás que "el fallo" ha sido por mi parte, si tu te sientes bien así, tranquilo que la idea no te lleve a estresarte.Solo toma aire, para reflexionar como debería ser para ti la próxima vez, te doy una pista, esto surge solamente con el sentimiento de dos personas, esto es así, no debes esforzarte.

Esto es solo una reflexión, desde la tranquilidad que no desde la emoción de tener la desesperación de echar la culpa al otro, claro que yo tuve parte "de culpa" en toda la situación. Esto puede resultar raro en esta nación ya que nunca tenemos la responsabilidad de las cosas, siempre es la otra persona la que es la mala persona..no reconoce las cosas...decimos....es un cabezón.

Las cosas no son ni blanco ni negro, que hay grises y aquí es donde encontramos todas las respuestas.

Ni somos buenos ni somos malos, tomamos decisiones en momentos determinados que afectan a otras personas y por supuesto a nosotros mismos en primera persona.

Antes de actuar, deberíamos pensar como afectaran nuestros actos y por lo tanto que parte de responsabilidad tendremos en las distintas repercusiones que se den.

viernes, 24 de abril de 2015

El Ermitaño


Eran las fiestas de San Jacinto en el pueblo, todos los años íbamos a pasar esta semana en la cual todo era alegría, el pueblo era adornado con banderas de colores, los bares se vestían de gala, había juegos para los niños y música para los mayores.

Una de las tradiciones el hacer la merienda-cena en un parque de arena con una gran esplanada para correr,columpios y una caseta en la cual servían bebidas.

La ilusión para todos los niños que vivían allí y de todos los que íbamos a pasar el verano o estas fiestas maravillosas.

Andando por las calles, siempre estaba un señor solo que apenas hablaba con nadie, si alguna vez con alguna de las personas mayores del pueblo. No se sabía su nombre, su apodo era el ermitaño. 1,70, delgado, con barba, aseado, vestía casi siempre la misma ropa. Formaba parte de la esencia del pueblo. Según comentaban los que le conocían algo, era risueño y chisposo en sus comentarios.

Causalmente, este año, decidí que si lo veía hablaría con el, dedicaría (si el aceptaba) mi tiempo a conocerle un poco, a entablar conversación, saber que inquietudes tenía, que siempre había tenido pero yo de niño nunca me había parado a pensar y ahora de adulto si quería conocer su historia.

Casi estaban terminando las fiestas y le ví acercarse a la caseta del parque, estaba muy mayor ya, encorvado, barba canosa, llevaba gafas muy deterioradas, aseado como siempre.

Me acerqué y le pregunte si le podía convidar a tomar algo y charlábamos un rato. Giro su cara hacía mí y durante un rato se me quedó mirando sin decir, nada. Al cabo de un momento me dijo que aceptaba el convite porque le caía bien, desde pequeño me había visto por ahí y un día (yo no lo recordaba) le lleve un bocadillo de tortilla.

Nos sentamos en una mesa y le pedí que me contara su historia, su familia, cual era su rutina diaria, si podía hacer algo por el.....

Empezó diciendo que no tenía familia, su madre que ya era muy mayor, vivía en un pueblo de cercano a Cáceres que no recordaba. Su padre les abandono cuando el era un adolescente, nunca fué un buen padre. Era hijo único. No  vivía con su madre porque tampoco se llevaba muy bien con ella, tras la marcha de su padre, su madre "se arrejunto" con otro señor que quería hacer el papel de padre pero nunca lo consiguió con el. Había decidido irse a buscar a la vida a Barcelona, luego Sevilla y había acabado en San Jacinto donde encontró un sitio que no le daban trabajo pero se encontraba bien tratado y como en la familia que nunca había tenido.
Su rutina diaria no era otra más que andar de aquí para allá, normalmente le daban comida para poder alimentarse, y así transcurrían sus días.
¿Si podía hacer algo por el? Ya lo estaba haciendo, era la única persona en muchos años que le había prestado toda su atención, que se había dirigido a el con amabilidad para querer saber algo más de el que las típicas bromas o chascarrillos por su parte y además le había tendido la mano para saber si podía ayudarle en alguna cosa.

Se le iluminó la cara cuando me comentaba esto ultimo, me surgió una idea si el quería y la dueña también.

Ya que conocía a todo el pueblo, era chisposo, tendría miles de anécdotas y además así podría costearse su comida o caprichos, proponer que trabajara en la caseta del parque.

La dueña siempre necesitaba personas para que le ayudaran y en fiestas mucho más. Ya le conocía como el resto del pueblo y no tardó en aceptar mi propuesta, "El ermitaño" que realmente se llamaba Esteban, aceptó dándome las gracias.

No conocemos la vida de las personas, nos imaginamos como podría ser, pero solamente podemos conocerla si nos paramos a hablar con ellos, si dedicamos nuestro tiempo a conocernos, a saber más. Por lo tanto solo podemos hacer cosas por las personas cuando ESTAMOS DE IGUAL A IGUAL sin juzgar ni tener prejuicios.

TODOS SOMOS IGUALES CUANDO DEJAMOS APARTE NUESTRAS ETIQUETAS Y HABLAMOS DE PERSONA A PERSONA.

jueves, 23 de abril de 2015

No te calles



Callar, no contar, es mejor que nadie sepa lo que me pasa, para qué contar algo que lleva mucho tiempo conmigo.

Ya estoy hecha a lo que pienso, a lo que siento y aunque me pesa no me compensa dejar salir y poner mis emociones sobre la mesa.

Qué tengo pequeños momentos de bajón por este motivo también es verdad pero me convenzo que ya pasará y llegará la serenidad.

Se que lo que callo no es bueno me quema por dentro, escucho el lamento de cosas que quiero decir y no me atrevo.

Llegará el momento de sacar lo que tengo porque como dice un amigo lo que no se cuenta y se guarda, se agranda y da problemas.

No me sirve de nada callar, voy a aprovechar que me tienden la mano, me escuchan, reflexionar como si hablara con un hermano, porque no quiero seguir así, ponerme en marcha no será en vano.

Considero que ya era hora de ponerle fecha a tanta demora en el sentimiento, no iba por donde me tocaba, pensaba, nadaba dando una brazada pero no para avanzar sino para quedarme parada, no avanzaba, me ahogaba.

Ya estoy en el camino; sigo con momentos de bajón, ahora me animo, y expreso que lo mejor que pude hacer es no seguir callando cosas que no me estaban haciendo bien, sino matando.

Compartir lo que sientes no es signo de debilidad como hay personas que piensan, sino de querer solventar algo que nos preocupa y que de manera individual no somos capaces de gestionar o simplemente quieres que te escuchen.

Compartir es vivir

miércoles, 22 de abril de 2015

Un gran Libro


Hacía mucho tiempo que Juan iba buscando dar una sorpresa a Rosa, regalarle un libro que realmente le impactará y le hiciera plantearse decisiones.

Iba a grandes superficies, librerías de barrio donde normalmente encontraba lo que buscada, ese libro, el exacto para esa persona, preguntó a sus amigos que eran lectores empedernidos, pero no encontraba lo que quería realmente.

Un día pensó que si no había encontrado esto que el tanto buscaba quizás sería el momento de idear el mismo este libro. ¿Cómo sería? se pregunto. Sería lo suficientemente impactante como para que la persona que lo recibiera no supiera que decir, tan diferente que no existiera ninguno de ese tipo en el mercado, tan atrayente como para que con el paso del tiempo siempre pudiera volver a ese libro a consultar.

Y tras mucho pensar, llego a la conclusión de lo que quería, ya sabía lo que haría. Mando su idea a una librería para que le encuadernaran lo que el deseaba.

Llegó el cumpleaños de Rosa, era un día especial para ella ya que cumplía 40 años, una edad que según había dicho siempre, le gustaría llegar pero...vendría la crisis de la cual todo el mundo habla. La casa estaba perfectamente decorada como si fuera una cumpleaños para una niña pequeña, llena de globos, gorros de papel para todos los invitados, una tarta de chocolate decorada con una muñeca en el centro... Los invitados llegaron y todo fue según lo ideado por ella.

A la mitad de la celebración llego el momento de la entrega de regalos y Juan le dió el suyo envuelto en un papel marrón de estraza, rectangular, que hacía toda la pinta de un libro según dijo Rosa. Lo abrió y efectivamente era un libro, de pastas blancas con el titulo "Un gran libro". Lo abrió y vió que en cada hoja ponía en la parte superior "Qué sientes" y a mitad de la hoja "Qué harás".. efectivamente había dado en la diana, Rosa empezó a llorar por lo que realmente significaba para ella, una conexión total con algo que llevaba tiempo queriendo hacer, no un diario al uso sino un diario de sentimientos.

No esperes a que te lo regalen, si quieres tu también puedes tener este libro.

¿Cuando empiezas?

martes, 21 de abril de 2015

El Rincón de la estación


Son las 19:30, he quedado para hablar con mi amiga Lourdes, voy de camino al "Rincón de la estación",  es la cafetería de toda la vida que esta dentro de la estación de tren.

Un sitio con encanto, no se cuanto tiempo hace que está, pero cuando era pequeño ya iba con mi abuelo a ver pasar los trenes y desayunábamos allí.

Mesas de madera, los asientos son los bancos de las estaciones, lámparas tipo araña cuelgan del techo, cuadros en casi todas las paredes que guardan relación con la vida de los trenes.Tras las barra dos banderas de señalización cruzadas. Regentado por Juan, también llamado "El vías" ya que anteriormente trabajo en el cambio de vías para dar paso a los trenes.

Lo que me lleva a este sitio son buenas noticias que mi amiga según me dijo por teléfono me quiere comentar, como siempre no me adelantó nada más a pesar de mi insistencia.

Aparte de su encanto para nuestro grupo de amigos tiene otro significado, cuando quedamos aquí es para hacer como los trenes (unos vienen y otros se van), para hablar de situaciones o preocupaciones que vienen o están y otras se van.

La vida al final es como una estación de tren, llegan distintos trenes a tu vida, tu eliges si te quieres subir o no, ese tren ya no pasará más pero llegará otro. Hay una serie de viviendas que están, otras aparecen y otras se van.Te llevan a tomar decisiones... ¿con que cosas me quedo? y ¿cuales dejo ir?. Llegadas y partidas todos los días de circunstancias.

¿Quiero solo ver la vida pasar como los trenes? o ¿me subiré en algún momento a ella?. Estas son dos grandes preguntas que cada uno debe responder.

Por fin llegó Lourdes, quince minutos tarde como siempre.La noticia es muy buena para ella, le han ofrecido un trabajo de profesora, su gran ilusión, lo único que es en Canadá. Aunque su idea es contarme para que le de mi opinión, ya lo tiene casi decidido. Además ya sabe que yo la apoyaré en todo. Por fin paró el tren en su estación y ella esta dispuesta a subirse.

Cosas que vienen, cosas que se van, pensemos que es lo que realmente queremos y sentimos, nuestros amigos y familia nos apoyará pero LA DECISIÓN ES NUESTRA. Reflexionemos...porque hay trenes que solo pasan una vez.