Relaja, da paz, tranquilidad, armonía, ya sea que provenga de un río,el mar, un manantial, una cascada, catarata, la lluvia o el agua de un
estanque movida por el aire.
Llega un momento que forma parte de ti, te envuelve y notas que eres parte de la naturaleza que te rodea.
Considero que es un sonido que invita a la reflexión, meditación, a conectarte con tus pensamientos, con tu interior.
Si nos paramos a pensar, ¿cuantas personas estando frente a esta belleza armónica, siguen hablando?, la respuesta es...ninguna.
La reacción, normalmente, es cerrar los ojos, escuchar e inspirar y estar así durante un buen rato.
Te quedas embobado apreciando los detalles del paisaje que acompaña el sonido, diciendote a ti mismo desde tus pensamientos...Guau! es
precioso!
Obviamente para las personas que viven en ciudad es un capricho el poder disfrutar de la belleza que ven y lógicamente de este sonido.
Cuando estas acostumbrado porque vives en una zona que a diario lo sientes, no es que no lo valores, pero forma parte de ti y por lo tanto lo aprecias de otra manera.
Deberiamos de pensar que realmente formamos parte de la naturaleza y que cuando estamos en ella es como si volviéramos a nuestras raíces,
al sitio del cual venimos, a esos momentos en los cuales eramos inocentes y no teníamos los prejuicios que ahora nos atenazan para
hacer las cosas.
Un río encuentra a su paso piedras, ramas, hierbas pero no le hacen detenerse, no se desvia de su caudal, continua a pesar de estos obstáculos que va encontrando en su camino. Solo se detiene cuando le ponen barreras, como puede ser una presa, y ahí es donde muere.
Considero que es tiempo de reflexión, buscar en tu interior cual es tu esencia, el sonido que quieres que el mundo escuche de tu corazón y cual es tu objetivo.
Una vez que ya lo hayas encontrado....NO TE DETENGAS HASTA CONSEGUIRLO!!
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