El libre albedrío (libre elección) es el poder de elegir o tomar nuestras propias decisiones.
Expondremos dos charlas:
El padre le pregunto al niño: ¿que quieres estudiar?
El niño: como tú y el abuelo, dentista
Padre: Me parece bien porque así sigues la saga de la familia que todos hemos sido dentistas.
Niño: Esto es lo que he visto en vosotros y así sigo con vuestra consulta.
Padre: Me parece estupendo.
Niño: Pero entonces, ¿el abuelo y tu os sentiréis bien por ser dentista?
Padre: Nos sentiremos bien con esta decisión tuya.
El padre le pregunto al niño: ¿que quieres estudiar?
El niño: como tú y el abuelo, dentista.
Padre: Pero que el abuelo y yo seamos dentista no quiere decir que a ti te guste serlo,es porque nos gustó esta profesión. Tu debes estudiar lo que realmente te guste a ti no lo que hayamos estudiado el abuelo y yo.
Niño: a mi me gusta apoyar a las personas, escucharlas, ponerme en su posición...
Padre: Entonces no encaja en lo que es ser dentista. Tu debes realizar otro tipo de estudios.
Niño: Pero entonces, ¿el abuelo y tu no os sentireis mal por no ser dentista?
Padre: Nosotros nos sentiremos bien si tu estudias dentista porque te gusta e igual de bien si estudias otro tipo de formación porque realmente crees que es lo mejor para ti.
Pero....¿Los dos niños son libres de hacer lo que quieren? ¿Los dos padres dan el libre albedrío a los niños?
En la primera charla, quizás se siente un poco condicionado por el ambiente que ha vivido en la familia.
En la segunda charla, aunque también ha vivido un ambiente determinado, le hacen ver si realmente eso que ha vivido es lo que realmente le gusta a él.
Quizás deberíamos pensar cual es la situación que más se asemeja a lo que nosotros quisiéramos.
Lo que si es verdad es que en las dos charlas, al final, padre e hijo se sienten bien con la decisión tomada.
Tomemos las decisiones desde convencimiento de que en ese momento, es lo mejor para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario