martes, 5 de mayo de 2015

La cometa


Sentado en el paseo de la playa del pueblo que le acogió cuando dejo la gran ciudad para disfrutar de lo que el llamaba, su tranquilidad.

Hoy no trabajaba, su día libre, dedicarse a sus hobbies, estar tranquilo, no tener que apagar la alarma de las 7:00 y la repetición a las 7:10 para tener que ir corriendo porque llegaba tarde si se despistaba mucho.

Un banco de madera, envejecido por el paso del tiempo, la humedad y todos los visitantes que habrían pasado por el como asiento, una bebida refrescante en la mano y un sol de justicia que golpeaba su cara.

Respirar aire puro, observar como pasaban las personas, ver a los niños correr por la playa, estar solo pensando, era algo de lo que disfrutaba.

A lo lejos se acercaba una padre con su hijo,, el cual llevaba en la mano una cometa. Cuando ya estaba a su altura, pudo ver mejor esta cometa. Era una especia de "pájaro" de cuerpo azul con dos alas horizontales una amarilla y otra naranja. Hacía aire por lo que estaba asegurado que la volara muy alto.

Nunca había jugado de niño con estas cosas, para su padre era perder el tiempo ya que no aprendías nada.

Por un momento se paró a pensar realmente lo que veía y si podía aprender de la situación.

En este caso era un pájaro que volaba jugando con el viento. Sujeto con por un hilo y con un soporte donde enrollar el hilo para "manejar" su rumbo. Lógicamente si tiras muy fuerte o si quieres controlar pero la dirección del viento es otra, corres el riesgo de perder la cometa.

Pensó, realmente las cometas son como las personas en cierta manera.

Tienen la libertad de volar, en la dirección que más les haga vibrar, tienen cierto vinculo con persona o personas, si dejas que vuelen a su antojo disfrutaran, pero si en un momento determinado les retienen o les intentan guiar por donde deben ir o como debe actuar, pero que si les presionas mucho o si intentas que vayan por donde quieres y no por donde ellos les gustaría ir o fluir o volar, este vinculo se rompe y vuelan libres.

Sonrió, esto que su padre le dijo que no aprendías nada, no era correcto, solamente con mirar ya había sacado conclusiones.

Permitamos que las personas tengan vínculos afectivos o de otro estilo pero dejando que vuelen según sea la corriente que más feliz les haga vibrar y así puedan disfrutar de lo que sienten.

El permitir volar no es perder la persona

Lanza tus sueños al cielo como una cometa, y nunca sabrás lo que recogeras, disfruta de lo que venga.

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