Decir o contar la verdad no es más que contar o decir la realidad que nosotros hemos vivido de una situación. Si la hemos vivido en grupo; es decir, se ha dado con otras personas; cada uno contará su realidad pero seguro que si todos son sinceros, dará igual la forma de contarlo coincidiremos en el hecho en sí.
Ejemplo: Si 4 personas salen de cena, cada uno contará como lo ha vivido, pero el hecho es que todos dirán que salieron de cena.
Cuando se complica es cuando entran dos factores. Cuando no se es sincero porque se cree que con ello se hará daño a una tercera persona o bien porque no estas contento con tu forma de actuar. Entonces o no se cuenta la verdad o se distorsiona.
Las dos cosas son igual de "reprochables" en la primera porque lo que tu crees que puede hacer daño a una persona a lo mejor es lo que ella necesita escuchar. Y la segunda si no estabas contento con lo que ibas a hacer, ¿para qué actuaste así?.
Aquí hay un grupo de personas que dicen que si lo que vas a contar a otra persona no le aportará ni beneficio ni tendrá una mala repercusión para esa persona, para qué decirle nada. Para qué darle una información que no necesita porque sin saberla y sabiendola se quedará igual.
Considero que la información y la palabra tiene mucho poder, por lo que entiendo que se debe tratar lo que se cuenta, diciendo tu realidad (contar la verdad) con la suficiente delicadeza como para que sea la persona a la que le cuentas la que gestione esa información. Es decir, solo ser meros transmisores de información sin ponerle aditivos a lo que se cuenta.
Este es un "ejercicio" complicado pero que debemos hacer tanto para nosotros como para nuestro interlocutor.
Y por último me quedo con una frase:
"Contar la verdad cuando sabemos que nos pesará es la mejor forma de honradez."
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